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El Círculo

—Desde que oí hablar por primera vez de «economía circular», la cabeza me da vueltas.

—Así quedé yo cuando en el Noticiero reportaron sobre la visita del vicepresidente Jorge Luis Tapia Fonseca y del ministro de Agricultura Ydael Pérez Brito a Ciego de Ávila. Para el que no conozca el concepto, debió ser muy esclarecedor escuchar que «en el recorrido analizaron los sistemas de trabajo para controlar los procesos de producción, así como la necesidad de perfeccionar los estilos de trabajo y una mayor articulación con las organizaciones de base». Si eso le dice poco, debe saber que los polos productivos La Cuba y Ceballos «fueron el objeto de reinspección luego de tres meses, pero en esta ocasión los análisis se redireccionaron a la eficacia de los cuadros para mantener los procesos productivos orgánicos que sobresalgan por el control exhaustivo de las estructuras organizativas en el sector productivo, con un acompañamiento objetivo despojado de burocratismos que entorpecen los encadenamientos y la economía circular».

—Si ese parrafillo es parte de lo que Ronquillo llama «la nueva Revolución de la comunicación en Cuba», habrá que alzarse otra vez… sobre las dificultades. Por eso prefiero ver el programa Cuadrando la Caja. Tiene una mesa con unas luces que, si se apagan en el horario pico, aliviarían el suministro energético de todo un municipio.

—Me conecté a ellos la primera vez que dedicaron tiempo a la economía circular. Fue en el 2022. Resultó curiosa la pregunta que formuló uno de los panelistas: «¿Un país como Cuba puede darse el lujo de producir, consumir, botar?». Mira tú: afirmar que en la Isla se produce y se consume.

—Merecía ser botado. Menos mal que los del programa no son la cuadratura de una mesa redonda, sino más bien la circularidad de un buró cuadrado.

—Dijeron que «hemos estado durante muchos años acumulando residuos».

—Parece que la situación con la mugre viene de atrás, porque en el segundo espacio dedicado al tema insistieron en que «somos pobres en recursos, pero ricos en desechos sólidos y en basura».

—Es que en Cuba, y menos mal que ellos se dieron cuenta, tenemos «recursos críticos».

—¿Habrá alguno que no lo sea? Ya ni las heces garantizan la producción de biogás. No es que los puercos hayan variado su sistema tractointestinal, sino que ya no tienen qué echar por el fondo.

—Lo peor en ese Cuadrando la Caja fue que ante la pregunta «¿De qué está dependiendo que avancemos en la economía circular?», la respuesta haya sido: «Porque tenemos cierta propensión al consumo».

—¿Se aclaró qué consume quien dijo cosa semejante?

—Ojalá y sea lo mismo que la biogeneradora del Central Ciro Redondo, para que al menos se mantenga por cuatro años libre de polvo y paja.

—En una cosa sí está claro el asunto de la economía circular o redonda: «Un círculo es una figura que consta de todos los puntos de un plano que están a una distancia determinada de un punto determinado: el centro». Mientras mayor sea el ciclón, más alejados de la periferia se encontrarán los del vórtice. De ahí que en los procesos productivos, tal y como dice Cuadrando la Caja, se van dejando un grupo de «externalidades».

—Me has dejado en la tangente.

—Las externalidades son «decisiones de consumo, producción e inversión que toman individuos y empresas y que afectan a terceros que no participan directamente en esas transacciones».

—Esos terceros, entonces, se convierten cada vez más en cuartos, quintos, sextos…

—That is the question.

—¿Tendrán que ver con la economía circular esas panzas enormes y robustas de nuestros dirigentes?

—Ese es otro concepto: el de «economía esférica». Pero quizás los últimos acontecimientos sean resultado de la atención priorizada al asunto de la economía circular por parte de los de arriba. Fíjate que en el punto de mira está precisamente el exministro de Economía. Acaba de ser circulado.

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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.