Confe-rancia
—¿Estás siguiendo el VII Pleno?
—Hacía rato no me divertía tanto.
—No más que yo. Eso de que «para enriquecer y actualizar los documentos, y construir, desde la sabiduría colectiva, las propuestas que serán sometidas a debate» se realizaron «más de 34 000 encuentros en los que participaron 750 000 personas», con «más de 520 000 intervenciones y 148 000 sugerencias» me hace preguntarme qué hace esta gente con tanto numerito acumulado.
—¿Y qué me dices de lo de «hacer las propuestas que permitan superar la situación actual que enfrenta el país en el orden económico» para insistir después en no proponer nada?
—Si el Pleno constituye una «evaluación integral», con un «enfoque metódico y crítico que exige la crudeza del momento», para «generalizar de una vez las buenas experiencias y fortalecer todas las estructuras», no tendrán más remedio que hacerlo. Pero creo que se darán otra oportunidad de seguir equivocándose.
—Lo que más me revienta es que digan que la reunión se hace «con el objetivo de generar acuerdos y acelerar la toma de decisiones». Si los ingleses en 1762 demoran tanto en tomar La Habana como demora el Partido en tomar decisiones, a Pepe Antonio le da tiempo hasta para acopiar un día de haber entre sus milicianos.
—Cuánta frasecita insípida, chico. Oye la referida al trasvase Este-Oeste: «Con el agua, el hombre y la tierra son posibles resultados superiores». Les faltó agregar «Con el agua al cuello».
—Mejor que esa fueron que «En la zafra está nuestra cultura» y que en ella «va la idiosincrasia del país». Aceptan al menos que la incultura y la «idiotezcracia» se han adueñado de la Isla desde que decidieron cerrar más de la mitad de los centrales y luego aprobar noventa y tres medidas para «salvar la zafra azucarera».
—Nunca pensé oír en el Noticiero que «el delito crece porque hay más enfrentamiento».
—A mí me dejó botao la suspensión definitiva de la Segunda Conferencia del Partido «para ser consecuentes con la situación económica del país», «centrar esfuerzos en el cumplimiento de tareas urgentes», «poner toda la atención en los frentes económico e ideológico, en el camino hacia el Noveno Congreso de la organización» y «centrarse en el hacer».
—Si hacer es la mejor manera de decir, decir eso es aceptar que no están haciendo nada, pues se supone que la Conferencia era precisamente para eso.
—Se había anunciado hace meses que se trasladaba para el primer trimestre del próximo año para «contar con más tiempo a fin de procesar e incorporar» las propuestas a las acciones de la organización partidista que se hicieron desde la base». Será que no tienen tiempo de tanto que trabajan.
—No creo. Fíjate que ya acumulan en visitas a provincia más premios de carretera que los ciclistas de la desaparecida Vuelta a Cuba, y más hospedaje «a pleno sol» que el turismo que llega a Varadero. Si hablamos de aviones, no creo que exista estadista que se haya sometido tanto como Díaz-Canel al peligro de chocar en el aire que predijo Alarcón. Están cumpliendo sin duda alguna lo que se avizoró como uno de los asuntos primordiales del defenestrado cónclave: «alcanzar una superior vida interna y externa del Partido».
—Mírale la parte buena: suspenden la Segunda Conferencia del PCC porque toda la bobería está dicha ya desde diciembre.
—No puedo. El primer secretario precisó en mayo que «se trabaja en un grupo de aspectos», entre los cuales destacó «el programa de estabilización macroeconómica», y hoy vienen con que «el país diseña nuevas acciones de manera gradual que permitirán la estabilización macroeconómica». ¿Cómo puede diseñarse siete meses más adelante lo que ya se trabajó siete meses atrás?
—Tienes razón, y de Pleno a Pleno eso no es todo. Si se asegura en el anterior que «El camino está lleno de desafíos y adversidades que estamos obligados a enfrentar y a superar, con espíritu de victoria, con esfuerzo y talento, con empeño, con unidad, y sobre todo con creatividad», y se aparecen ahora con que «El trabajo entre el VI y el VII Pleno demuestra que, aunque los resultados no son los esperados, el Buró Político ha desplegado un sistema de trabajo sistemático y orientado a la solución de los principales problemas que afectan al país», es que…
—¡Ellos son el principal problema del país!
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.