Lo mío primero… de mayo
—El lema de los festejos por el Día del Trabajador será «Por Cuba todos creamos».
—¿Nuestra felicidad?
—«Quizás para algunos sea más de lo mismo, pero lo cierto es que, transformar lo mal hecho y llegar a la necesaria prosperidad es una urgencia nacional. Y no cosa de unos pocos. Son muchas las causas que nos han traído hasta aquí, pero se puede empezar por corregir lo que individualmente está mal. No es descabellado iniciar por allí, por lo interno, buscar alternativas y entonces, luego, ambicionar el gran cambio».
—¿El gran cambio? ¿Han dicho eso?
—Lo leí. Se declara también que «Ser prósperos es tarea de unos y de todos». Poco faltó para que el eslogan rece: «Por Cuba creamos nuestra prosperidad».
—Lo que uno oye es tan, pero tan hermoso…
—Es que «las celebraciones por el Primero de Mayo tienen un matiz de reafirmación revolucionaria».
—¿Habrás leído bien? ¿No diría «mentís»?
—No todo es desconfiar. Hay «intención de trabajar la tierra donde es más oportuno». Se ha hecho un llamado a sembrar guayaba enana dondequiera que el marabú tenga residencia.
—Solo haría falta, en aras de completar la mermelada, que el central Ciro Redondo logre producir azúcar. Al paso que va, tendremos la primera zafra de verano de la historia.
—Tendrán que hacer «nuevos compromisos para mejorar la vida orgánica de la estructura de masas». Imagino se refieran al cogollo de la caña.
—O imbuirse de la convocatoria al Primero de Mayo, un momento «amenizado con elocuentes afirmaciones a favor de la defensa siempre del sistema social que se construye».
—…como la bioeléctrica del Ciro Redondo.
—Por eso la CTC convoca a los obreros a que se unan, «para escuchar qué piensan, qué proponen, cómo se pueden hacer mejor las cosas, y perfeccionar la labor». «Llegó el momento, como sindicato, de potenciar el diálogo», de «hacer uso de las redes sociales y del internet en defensa de los auténticos valores». «No podemos lograr eficiencia sin el concurso de los trabajadores».
—¿Ya publicaron las bases? Del concurso digo.
—Me las perdí por no asistir a esos matutinos y vespertinos «atemperados a los tiempos actuales», «emociones sindicales donde la sensación mayor se acomodó en el agradecimiento y brillo que casi opacaban la mirada emocionada de un amplio grupo de cuadros y dirigentes», actividades que «colman los espacios productivos y de servicios de voces y manos alzadas».
—A falta de alzadoras.
—«El movimiento sindical se ha propuesto como esencia movilizativa poder compulsar todo lo que contribuya a la generación y diversificación de bienes y servicios, porque es la dimensión tal vez más precisa de reducir los precios abusivos y especulativos».
—Como si hubiera otra.
—La hay. «Cuando la juventud sale a las calles con bríos, el aire tiene la esencia de esa frescura capaz de avizorar el futuro».
—Salvo que salgan tras ellos los de la Brigada Especial.
—«A diferencia de lo que ocurre en otras naciones del mundo, en Cuba el Primero de Mayo es una fecha que convoca y estimula a la clase trabajadora». «Prevalece (en el resto del planeta, no en la Isla) la desigualdad económica y, con ella, el qué puede pasar mañana, atizado por la persistencia de la pobreza de los trabajadores. En resumen: el mundo continúa patas arriba».
—Nosotros cabeza abajo, confiando en el «abanico sindical».
—Excelente iniciativa para aliviar los apagones que se ven venir para el verano.
—No superará el aire fresco de las declaraciones de Guilarte. «Sobre los hechos de corrupción y desvíos en los centros refirió que esto demuestra una vez más la concepción ilusoria de la propiedad de los trabajadores sobre los medios de producción».
—Si Ulises se atrevió a tamaña intrepidez, me gustaría poner la mía: un cartel en homenaje a Lázaro Peña, «quien comenzó en el sindicalismo organizando protestas contra los bajos salarios».
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.