El Aparato

—¿Y esa cara?

—Nada, que un socio que vive en Noruega me mandó un aparato con una aplicación ahí que es lo ultimito.

—Alégrate y échamela para acá, que cualquier app que provenga de los fiordos noruegos, por muy fría que esté, debe estar buena. Adivino que tu depresión viene por no poder sacarle algún provecho financiero. A tu hermano del alma no vas a cobrársela, ¿verdad?

—Ahí no está la cosa. No es una aplicación cualquiera. Tiene un algoritmo inteligente capaz de predecir la muerte.

—Entiendo. Te afirmó lo mismo que yo: que ese vicio de fumar acabará pronto contigo.

—Ni se lo mencioné. El modelo de inteligencia artificial se llama Life2vec y computa un volumen masivo de datos relacionados con una pila de asuntos: fecha de nacimiento, escolaridad, vivienda, salario…

—¡¿Te volviste loco?! ¿A quién se le ocurre aludirle a un aparato creado en Europa el bajareque ese que te entregaron y el monto de un salario devengado en Cuba?

—Déjame terminar. El equipo internacional de investigadores que lo creó, dirigido por un tal Jorgersen, inventó esa herramienta no para entretenerse en una cola o apagar el noticiero, sino para procesar un montón de datos que pueden ser triviales, pero que procesa con una predicción asombrosa de setenta y ocho por ciento.

—Más o menos la cifra de lo que puedo durar yo, que me cuido más.

—No seas bruto. Conoces de mi optimismo, de mi confianza en el futuro. Todos los datos que le ofrecí vienen por esa vía.

—Ya. Se te ocurrió mencionar el país próspero y sostenible que tendremos en el 2030.

—Tampoco.

—Asere, me tienes intrigado. ¿Qué le dijiste entonces?

—Le fui introduciendo referencias generales. Todo iba bien, salvo por un ligero tembleque cuando puse «Cuba», pero empezó a hacerme preguntas.

—Le hablaste de la libreta y lo asoció a la educación.

—¡Cállate y déjame explicarte!… Tú sabes que más informado que yo… Probé a llenar el formulario con lo que sale en la prensa.

—Pecaste.

—Indagó por los recursos. Se refería a los económicos, por supuesto, pero subrayé: «Hemos encontrado en la unidad, la dirección colectiva y el amor a la patria los recursos fundamentales para llegar hasta aquí, comprometidos con dar solución a los problemas que más aquejan al pueblo».

—Eso no lo entiende ni un gitano.

—Tuve que reiniciar el artefacto. Luego quiso saber qué se hace en mi entorno para mejorar la vida, y le hablé de las recientes medidas. Escribí que «se cumplirían cabalmente si todos los cubanos trabajaran y hubiera participación activa de la población para aumentar la producción nacional y reducir la dependencia de las importaciones».

—Apretaste. En los países nórdicos se pincha y ya.

—Cuando te interrogan sobre tu nación, a uno le sale el bichito que lleva adentro y le da por poner cosas preciosas. Pero no debí citar lo que leí el otro día: «Es tan buena doña Cuba, que apretada por su cuello no deja de organizarse, de repensarse a sí misma, de abrir una ventana o una exclusa mientras el enemigo le cierra tres portones de un tirón».

—Parece el cierre de una película de vikingos.

—El artilugio saltó, cayó al piso y por poco lo pierdo. Probé a ser más realista, a hablar un poco de lo que se vive en la calle: «La vida, de por sí, no es fácil. Isla adentro exige ser una obra maestra de la ingeniería criolla, todo un arte de las ocurrencias y de la tenacidad».

—Como meterle un virus y acabar de joderlo.

—Alegó que no necesitaba más información cuando le espanté una frase de Ulises Guilarte: «Eto no é análisi genelal ni maclo. Aquí hay que lleval eto a ecala de municipio y de unidade ploductola, que asegule el análisi palticulal de la foltaleza que tenemo en la aglicultula: la tiela en plimel lugal, la maquinalia y los homble. La combinación de eso tle faltole, lógicamente, debe conducil a tenel málcimo rendimiento».

—Y Life2vec predijo que estás en coma irreversible.

—Peor que eso. Antes de apagarse definitivamente, la pantalla se puso en rojo y me lanzó con absoluta alevosía: «Con esa muela van a durar una eternidad».

***

Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.

Anterior
Anterior

Economía de Guerra

Siguiente
Siguiente

Energía