PROPEDÉUTICA

—A ver, a ver, cálmate, que con llanto y alteración no resuelves nada. No puedo ayudar si no entiendo las razones de entrar a casa y encontrarte en ese estado de nervios.

—Ay, chico. Tú sabes que yo sí no creo en redes sociales, en campañas mediáticas de descrédito ni en asesinatos de reputación. Lo mío es leer el Granma. A veces me desespero porque es mediodía y aún no me lo han tirado al balcón, pero hoy llegó más temprano que nunca.

—¿Y entonces? ¿Que el Granma arribe a tiempo no es una hermosa metáfora?

—No es eso lo que me tiene así. Llevo días buscándole una explicación al hecho de que desde mayo tenga que privarme del 15 % de cafeína que contiene ese sobrecito Hola que no faltó ni cuando se derrumbó el socialismo en la autopista Este-Oeste.

—En Europa del Este.

—Exacto. Ya ves cómo me tiene esta situación. El caso es que abro el periódico y me encuentro con que hubo una reunión para analizar el asunto.

 —Coño, pero eso es bueno. Demuestra que el Estado está pendiente de todos y cada uno de nuestros problemas. ¿En qué país de este desigual planeta se preocupan los dirigentes por una taza de café?

—Deja la muela, que estoy hablando cosas serias. Con el artículo del órgano oficial me entero de que a pesar de que en el mundo los rendimientos cafetaleros andan en el orden de una a dos toneladas por hectárea, en Cuba apenas alcanzamos los 0,18.

—¡Manda órgano oficial! ¿Y por esa bobería te has puesto así? ¿Es tan difícil entender que el 0,82 restante es puro chícharo?

—Fue duro leerlo, sí. En otras naciones la gente se hubiera botado para la calle… a conseguir más chícharo, pero no fue eso lo que desencadenó mi desconsuelo, sino que Jorge Luis Tapia…

—¡No me digas que Tapia presidió la reunión! ¿Cuántas veces te he dicho que no lo sigas? Los demás gobernantes leen al menos sus improvisaciones, pero este las improvisa al cuadrado. ¿Qué dijo ahora?

—Que hay que trabajar con buenos diagnósticos y «propedéutica».

—¡¿Propedéutica?!

—Dadas las últimas obsesiones del viceprimer ministro y de que hasta la tenca se ha perdido de las pescaderías, pensé que la propedéutica es una especie de agua dulce. Me deprimió mucho que no la tengamos en nuestro estanque.

—Ay, mija, acaba de aprender que con estas gentes hay que tener el diccionario a mano, pues su inmensa resistencia creativa…

—La resistencia es de nosotros.

—Rectifico: su inmensa creatividad los lleva a innovar constantemente. Mira, aquí dice que la propedéutica es la «Enseñanza preparatoria para el estudio de una disciplina». Quizás quiso decir que hay que ser disciplinados y prepararnos para lo que viene.

—¿Y qué es lo que viene, si cada vez viene menos?

—¿Él no lo explicó?

—Respecto al café dijo que existen factores «que pueden estar frenando las producciones», como «plantar variedades determinadas en lugares con condiciones climáticas adversas».

—¡Los que frenan las producciones plantándose de por vida en un cargo son ellos! ¿Cómo se toma que si el café está estudiado y recontraestudiado desde que un camello se quedara en vilo tras probar en un desierto sus semillas, venga este a justificar con ello la escasez de la infusión?

—Si a mí me preguntas, propedéuticamente hablando te digo que algo falla para que en este desierto en que se ha convertido la Isla no nos acordemos cómo se siembran el café, la caña, los frijoles, las frutas, las viandas, el semen de un toro en el tracto reproductivo de una vaca…

—No creo. Fíjate que Cuba organiza centenares de eventos científicos para compartir nuestros saberes con especialistas de todo el mundo. En estos días están en marcha el IX Congreso de Desarrollo Local, la Macrorrueda de Negocios Multisectorial, el IV Congreso de Café y Cacao, la edición XX de la Escuela Internacional de Verano en Economía y Administración…

—¡¿Y por qué no tengo café desde mayo?!

—Porque Tapia y sus jefes no se matriculan.

***

Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.

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