Pedestal
—El otro día le eché «una mirada progresista y solidaria» a la clausura del Coloquio Patria. Creo que asistí a un momento de «redefinición del ejercicio del poder».
—Si lo dices por la actividad cultural… Fue un guiño simbólico a que el poder que sobre nosotros ejercen se redefine con mucho violín.
—No me refiero a lo que musicalmente se oyó en la Universidad de La Habana, sino a la «orquestada» imagen que ofrecieron Miguel y Lis.
—Ellos no ejecutan instrumento alguno, pero se destacan en eso de «tocar» las fibras más íntimas de nuestro intelecto. ¿Con qué salieron ahora?
—Mascaban sendos chicles ante las cámaras.
—Pero ¿cómo?: ¡¿ese instrumento de penetración cultural que en las Asambleas por la Educación Comunista de los setenta le costó a más de uno no subir por esa escalinata hacia la Colina?!
—Exacto. La máxima del cónclave fue «Somos pueblos tejiendo redes», es de esperar que se les pegue algo cuando las lancen al agua. Canel ensarta calandracas para pescar a los jóvenes, «las personas más importantes que tenemos».
—Tan importantes, que de vez en vez los encierra.
—Ahora la táctica es otra. De los jóvenes, lo motivan «sus ansias de hacer, su entusiasmo, su optimismo, su fuerza para cambiar todo lo que deba ser cambiado». Por eso el par de tenis y la mandíbula batiente del «Ciudadano Telesur». Parecía el entrenador del Real Madrid en pleno Clásico, mascando más chicle que el mismísimo Ancelotti. Los muchachones universitarios deben haberse sentido identificados con esa imagen. La diferencia es que en el club merengue no tienen a una mujer con el porte y aspecto de Lis.
—¿Viste como ha bajado?
—De peso. En cuanto a alcance mediático, cada vez asciende más, ya se presenta como «experta en Economía de la Cultura». Hasta se permite frases como la que lanzó el día de la clausura: «No puede ser que creamos en el mundo que va a vencer lo otro, no. Hay un ciclo y podemos estar perdiendo un terreno en un momento determinado, pero tenemos que estar conscientes de que al final nos va a asistir la victoria».
—¿Volvió a «Cuadrar la Caja» y se le descuadró el cerebro?
—No. Esta vez su profunda prosa vibró frente a las cámaras del canal de televisión Al Mayadeen.
—Seguramente su consorte, cansado de que lo adule en las redes, le dijo antes de salir de Punto Cero: «¡A ver si no hablas má ya deen lo mismo!».
—Tiene que dejar que su mujer se «adelante». Yo creo que a Lis, en cualquier momento, le dan el cargo que virtualmente le tumbaron a Polanco. No sé hasta cuándo van a presentar a la tal Marydé Fernández López como vicejefa del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido.
—Lis Cuesta Arriba es la única que pudiera librarnos del «desarme ideológico de una sociedad socialista como la que construimos». Desde el Departamento Ideológico se hubiera enfrentado resueltamente, junto al dictador de su corazón, a esa orgía de vestidos, joyas y comida que resplandeció no hace mucho en el Capitolio.
—No hubiera permitido que Marrero y su clandestina esposa se hospedaran en el exclusivo Hilton Brazzaville Les Tours Jumelles Hotel & Residences del Congo.
—Si «A nosotros, los revolucionarios cubanos, las dificultades no nos quitan el sueño», mucho menos nos lo suprime el lujo de un cinco estrellas plus. Desde su habitación, el primer ministro debe haber visto cómo en Cuba «La Luna se escondía y el Sol comenzaba a asomarse para recorrer el firmamento» y alumbrar a Baraguá, donde «pioneros de pañoletas rojas» fueron saludados por Canel «cual padre y compañero de lucha».
—Qué primor la del premier. Y el resto quejándose de un apagón masivo.
—«Si Maceo hubiese sido pesimista, no hubiera protestado», dijo el primer secretario del Partido cual si se comiera un mango. Eso es «dar la cara en tiempos difíciles».
—A Martínez Campos lo hubiera dormido con la apertura de paneles solares en el Zanjón.
—En Patria deben haberse referido al presidente cuando se dijo que «La lógica de los algoritmos y sus sesgos tiende a amplificar lo espectacular, lo emocional y lo polarizante, y deja en las sombras procesos estructurales, causas profundas o análisis más complejos».
—Tiene que ser puya a Canel esto otro: «A las campañas de desinformación y a las derechas no se les combate con ficción ni con relatos emotivos, sino con organización y políticas que involucren a las mayorías sociales y trabajadoras».
—Salvo que en el evento se hayan creado los Comités de Defensa de las Redes, y se nos aparezcan con una Campaña de Alfabetización Digital, nada más alusivo a los CDR que lo siguiente: «Enfrentamos un estado de vigilancia aceptado por nosotros mismos».
—En un país en que se invierte más en hoteles & residences que en agricultura, transmutan la sentencia martiana: «La Patria que no ara es puro pedestal».
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.