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El conflicto real en Cuba, nuestro drama nacional, la verdadera disyuntiva, no es entre izquierda o derecha, sino entre dictadura o democracia. Terminó el siglo del Partido Comunista. Debe iniciar el siglo de la ciudadanía cubana.
Dejamos algo nuestro en las calles de la ciudad siempre que transitamos por ellas. Un poco de lo que vamos pensando se impregna en la tierra que pisamos al caminar; otro poco queda en la baranda donde apoyamos la mano o en el muro donde descansamos el cuerpo para tomar un respiro.
Invitamos a cada uno de ustedes a reflexionar durante estos días: ¿Cuál es nuestro papel en el cambio que deseamos? ¿Cómo podemos contribuir a crear una sociedad justa, solidaria y próspera? Este no es un esfuerzo para otros; es para nosotros, para nuestros hijos y para el futuro de nuestra nación.
Salvar a Cuba no depende del BRICS ni de ningún otro bloque. La solución radica en la introducción de profundos cambios políticos y económicos, capaces de detener el galopante retroceso material y espiritual causado por el totalitarismo.
¿Admitirían como válido que puedan ser excluidos, discriminados, vigilados, perseguidos y castigados de cualquier forma por tener las ideas políticas que tienen?
El modelo económico cubano es empobrecedor y profundiza el subdesarrollo del país, pero si a pesar de la evidencia histórica no ha sido cambiado, es porque la dirigencia se empecina en él pues es precisamente el que le asegura a la clase burocrática el control sobre el poder.
¿Qué sería de los cubanos sin el humor inteligente? Por eso, para que no nos falte la sonrisa de fin de semana, acogemos Cuentos de nuestro Era, una columna medio en broma, medio en serio, de la autoría del escritor y humorista Jorge Fernández Era y con ilustración de Wimar Verdecia.
Fidel andaba de recorrido en sus planes de desecar la Ciénaga; el actual mandatario se la pasa de visitas con afanes de «ratificarse en convicciones», «conocer personas muy interesantes»… y desecar el país entero.
Al resumir el año y hablar de lo maravilloso que pinta el 2025, Díaz-Canel cante: «Será mejor el que viene, / contamos con potencial, / pues igual que Los Van Van / esto sigue y se mantiene. / No aparece quien nos frene, / y aunque mi barriga estalle, / saldré empinando mi talle / y dejaré pa’ la historia / un año que en la memoria / será mejor… que me calle».
¿Cómo se le ocurre a nuestra prensa afirmar que «Fidel no fue solo un hombre, fue un huracán, un río indomable, una llama inextinguible que transformó cada rincón de Cuba»? ¡Lo acusan de acabar, a base de vientos, inundaciones y candela, mucha candela, con la quinta y con los mangos!
¿Cuál fue el resultado de ese proyecto de «hombre nuevo»? ¿Cuál fue el tipo de sujeto político que conformó? Es una buena idea, en un día como hoy, discutir sobre ese «homo cubensis post 1959».