Dos historias, una actitud
Mientras escribo (y usted lee) estas líneas, dos intelectuales, dos amigos, son perseguidos por los respectivos gobiernos de sus países. Alina Barbara López Hernández en Cuba, y Boris Kagarlitsky en Rusia. Si Cuba y Rusia volvieran a ser alguna vez sitios dignos de una vida plena y feliz, se deberá a las Alinas y Boris que aún resisten. Por eso no podemos dejarlos solos. Hay muchas formas de ser solidarios con sus «casos».