—¿De veras crees que el problema de la carne va a resolverse si declaramos al cerdo en peligro de extinción?

—Ya lo está. En los últimos seis años Cuba ha perdido nueve de cada diez productores de carne. ¿Y qué se ha hecho contra ese peligro de extinción?

—Una cosa lleva a la otra: no hay carne porque a la gente no le interesa producirla, y no hay gente para producirla porque se van a otra parte en busca de carne.

—¿Declarar al puerco animal en extinción implicaría prohibir su consumo?

—Ya los precios son prohibitivos.

—Habría que crear reservas naturales que ayuden a la recuperación de la especie.

—Todo el mundo crea reservas para poder comprarla el fin de año.

—Hablo más bien de espacios restringidos donde soltar ejemplares machos y ejemplares hembras a ver si se acuerdan de hacerlo con pienso o sin él y no lo piensan tanto como cuando están en cautiverio. Prohibir su caza, poner en práctica acciones de consumo responsable…

—No tengo nada contra el consumismo irresponsable. El consumismo asado es una de las tradiciones más arraigadas en el cubano.

—Sin embargo, las cosas estarían mejor…

—Las cosas estarían mejor, sin embargo, si dejáramos de mencionar el embargo.

—Los insumos se hacen cada vez más caros en el mercado internacional.

—Justificación a mano que tienen los insumos pontífices del mercado nacional. Nos recuerdan que sin producción no bajarán los precios, pero no hacen nada por incentivar la producción ni por bajar los precios.

—Declarar al cerdo animal en extinción es un primer paso. El segundo será sustituirlo por otro animal.

—Destituir a un animal y sustituirlo por otro. Le llaman política de cuadros.

—No hablo de esos, sino de uno que ocupe el vacío que dejará el puerco mientras no logremos alcanzar la producción de pasadas décadas.

—Ya lo ocupa el pollo.

—De pollo estamos hasta las pezuñas. Lo sustituiremos por el manatí.

—¡¿Manatí?!

—Es un mamífero marino con una personalidad apacible y dócil. Los marineros solían confundir a los manatíes con sirenas. Por ello pertenecen a la familia Sirenia. Se les puede entrenar porque tienen memoria a largo plazo.

—Parece ser común que por ser apacible y dócil te coman a largo plazo y la memoria desaparezca. Quizás sea por eso que de los pobres manatíes no quedan ni un centenar de ejemplares.

—Dato impreciso. Según investigaciones, la principal causa de su muerte no natural, además de ser perseguidos por su exquisita carne, es la de chocar con las hélices de los barcos…

—…y en Cuba ya no hay barcos.

—Cabe esperar que pueda reproducirse en armonía, para que no sea una rareza ver flotando su cuerpo grande y regordete.

—Cuerpo grande y regordete flotando. ¿Te refieres a…

—Debido a su baja grasa corporal son susceptibles a las bajas temperaturas.

—Al aire acondicionado.

—Siempre descansando, comiendo, de viaje.

—No hay dudas: le sabes un mundo a…

—Las vacas marinas, así también se les conoce.

—No es buena idea fomentar la cría de especímenes a los que se les nombra parecido a iguales en tierra que fueran exterminadas gracias a la paciente y sostenida labor de granjas integrales, granjas derivadas y ciertos sesudos de la «Ley de Soberbia Alimentaria» que merecen ahora mismo pastar en cualquiera de ellas.

—El rendimiento que se logra a partir de la alimentación con algas marinas de esas moles de más de media tonelada de peso es mucho mayor que el de las vacas con moringa. Pueden vivir hasta sesenta años o más comiendo vegetales.

—Como nosotros. Llevamos doce echándole esa cosa a los vacunos, mas parece que para lo único que servimos es para crear vacunas.

—Lo importante para el país es frenar la difícil situación con la proteína animal, una de las principales razones de que muchos oigan del imperialismo sus cantos de sirena.

—De manatíes.

***

Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.

Anterior
Anterior

Red Kluta

Siguiente
Siguiente

Otorring