NO ES TIEMPO DE HEROES
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Hay una Cuba en Cuba y otra en el exilio. Su desfasaje es ganancia de la dictadura. Gracias a eso se detuvo la liberación de los presos y, peor, la fuerza inspirada que se estaba produciendo aquí dentro.
En la Cuba actual, donde el pueblo lucha contra la opresión disfrazada de Revolución, la sátira política que es Rebelión en la Granja deviene recordatorio de que la libertad no se concede; se conquista. Es una llamada a cuestionar, a resistir y, sobre todo, a no aceptar nunca que «algunos sean más iguales que otros».
Se nos sigue exhortando al sacrificio «por la Revolución». No es nada nuevo, una y otra vez hemos escuchado esta solicitud, pero ¿qué sentido tiene sacrificarse si no se ven los resultados?
La historia de una nación no se escribe con miedo. Se escribe con puentes, con diálogos, con el reconocimiento de que todos, los que están y los que se fueron, son parte de un mismo destino.
Me interesa explorar caminos que conduzcan a nuevas narrativas, donde la historia se cuente desde un lugar oculto o desconocido. Tal razón me impide aceptar como válido cualquier relato que excluya a Fidel Castro de los eventos que cambiaron nuestras vidas.