Salud mental y responsabilidad social en Cuba
No es egoísta priorizar tu salud mental.
Tu depresión no es un problema técnico, es una señal. Escúchala.
Johann Hari
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El mes de marzo tiene asociadas tres fechas referidas al tema de la salud mental, verdadera problemática a nivel mundial y en Cuba. El primer día fue el de la concienciación sobre la autolesión; el día 2 se enfatiza en la prevención de salud mental en adolescentes, y el 30, en la concienciación del trastorno bipolar.
Desde hace varios años, se observa el aumento de casos de enfermos mentales que a veces deambulan abandonados a su suerte, y sin un techo que los resguarde, a lo largo de la isla. Asimismo, se relacionan con esto las cifras de aumento del suicidio, alcoholismo y hechos lamentables contra la integridad física de otras personas por parte de enfermos mentales sin medicación, que podían haberse evitado.
Los numerosos casos de las denominadas eufemísticamente «personas con conducta deambulante», se abordan como algo aislado dentro de la sociedad, y nos hemos creído ―o nos han hecho creer―, que está todo en proceso de control por parte del gobierno, en los instituidos «Centros para deambulantes» que, supuestamente, hay creados en todas las cabeceras provinciales.
Sobre el tema se cita como referencia positiva al Proyecto Comunitario y Comedor Social «Quisicuaba», situado en la sede de esa institución religiosa no gubernamental, que opera con el visto bueno de la oficialidad desde hace algunos años en La Habana. En ese lugar se cocina y se brindan servicios a un número de personas de la tercera edad ―sector altamente vulnerable y proclive a convertirse en deambulantes. Tiene, además, en las afueras de la ciudad, un «Centro de vida asistida» que, con ayuda del gobierno, ha puesto a disposición un lugar con terrenos aledaños para el autoconsumo.
Allí se ofrece refugio a personas que perdieron su vivienda por el alcoholismo, mendicidad o por ser víctimas de violencia doméstica, etc. No se dice, pero se presume que muchas de ellas tengan trastornos psiquiátricos. No obstante, existen en Cuba otras iniciativas de origen caritativo-religioso al margen de la institucionalidad y sin apoyo gubernamental alguno.
«Corazón Solidario»
En la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara, existe un proyecto de la iglesia católica llamado «Corazón Solidario» que cumplirá pronto veintitrés años de fundado. El mismo fue concebido y es liderado por un paciente diagnosticado con esquizofrenia paranoide, de profesión enfermero.
La nobleza del proyecto puede constatarse en las plataformas digitales donde se divulga ampliamente su labor. «Corazón Solidario» es un oasis en medio del desastre y el abandono del paciente con diagnóstico mental, quien por lo general queda a su suerte y con su estigma a cuestas, casi sin opciones de recuperación e inserción social; igualmente, es de enorme apoyo a sus familiares desesperados.
Un grupo de ellos se integra voluntariamente, de lunes a viernes, a diferentes labores, desde temprano en las mañanas hasta el mediodía. Allí se brinda atención psiquiátrica y medicamentos para los internos, además de tres comidas diarias. Además, tiene servicio gratuito de cantina para el almuerzo de algunas personas del grupo etario vulnerable; atención médica y disposición de baño, ropa y otros servicios para deambulantes que deseen llegar.
La manutención del proyecto se lleva a cabo por sus propios beneficiarios, salvo algunos trabajadores que no son pacientes. Tienen huerto propio y talleres de manualidades, donde se fabrican artesanalmente velas y dulces que se expenden en la entrada del lugar para recaudar fondos a favor de la misma institución, la que se apoya igualmente en donaciones de iglesias y personas de cualquier parte del mundo.
De martes a viernes, «Corazón Solidario» abre sus puertas para hacer donaciones de medicamentos y determinados insumos médicos a la población, que acude constantemente dada la carencia de los mismos. Los pacientes de enfermedades mentales son tratados en el mismo centro, sin necesidad de sufrir largas y estresantes esperas en los consultorios de Salud Mental.
El tema de la salud mental en Cuba no puede verse sin embargo como algo emergente en los últimos años. Si bien ha sido visibilizado gracias a internet y las redes sociales, es una deuda pendiente.
La caja de Pandora
Desde los años noventa del siglo pasado presenciamos desigualdades e ineficacias sociales en un sistema que nos ahoga como pueblo. Aquello que se dio en llamar Período Especial, fue el inicio de la debacle socialista que ha disparado todos los males, como se dice que hizo la mitológica caja de Pandora.
Desde entonces hasta la fecha, ha habido una disminución considerable de los productos de salud que solían llenar estantes y listas de dispensarios en las farmacias del país. Ya nos hemos acostumbrado, pero quién recuerda los artículos de venta libre, como analgésicos y antinflamatorios, antiácidos y digestivos, antitusivos, alcoholes antipiréticos, pomadas, laxantes, supositorios, termómetros, apósitos menstruales, esparadrapo, algodón, gasa y tinturas para curaciones, champús medicinales, en fin; aquellos elementales medicamentos e insumos que nunca se recuperaron. Desde luego, todo nos llegaba a chorros desde el extinto campo socialista.
La Organización Mundial de la Salud subraya que «todas las personas, sin importar quiénes sean ni dónde estén, tienen derecho a gozar del grado más alto posible de salud mental, lo que incluye el derecho a ser protegido de los riesgos para la salud mental; el derecho a una atención disponible, accesible, digna y de calidad; y el derecho a la libertad, la independencia y la integración en su entorno».
Como sociedad, no estamos a la altura de estos planteamientos, sino bastante lejos. La depresión y la ansiedad son los trastornos mentales más frecuentes,⁶ y se supone aumentan cada día debido a las dificultades para lo más elemental en la batalla por sostener nuestras vidas.
Esos trastornos son marcados entre los adolescentes. ¿Qué adolescente no tiene derecho a soñar y desear cosas y posibilidades que actualmente se encuentran fuera del alcance de todos? Resulta frustrante que una gran mayoría de este sector erario tenga como metas principales la emigración y el trabajo por cuenta propia, descartando incluso la realización de estudios universitarios por vocación.
Muchos jóvenes también se han movido al sector no estatal, renunciando así al desempeño de sus carreras, agobiados por las dificultades de todo tipo que encuentran frecuentemente en el campo profesional.
Cuba es el segundo país de Latinoamérica con más alta tasa de depresión, antecedido únicamente por Brasil. Es evidente que existe un medio social que genera este padecimiento. Ante ello, no es posible distribuir masivamente benzodiazepinas o tranquilizantes, a semejanza de lo que se hiciera en el Período Especial con las vitaminas del complejo B para «combatir» la epidemia de neuropatía.
Las cifras en 2021 evidenciaban el deterioro de la salud mental en nuestro país: la ansiedad afecta al 91.2%, la depresión al 86.7%, la pérdida de sentido de vida al 60.9% y los pensamientos suicidas al 32.1%. No olvidemos que la depresión es la primera causa entre las muertes por suicidio: 800.000 al año. Más frecuente en las mujeres que entre los hombres.
El trastorno bipolar corre parecida suerte. Es un padecimiento crónico y recurrente que se caracteriza por fluctuaciones patológicas del estado del ánimo y está muy cerca de los límites de la depresión, porque incurre en ella. Las fases de la enfermedad incluyen episodios hipomaníacos, maníacos y depresivos, que interfieren de forma significativa en la vida cotidiana del paciente y en su entorno, con importante repercusión en su salud y calidad de vida. Para los psiquiatras es de suma importancia el diagnóstico precoz de esta enfermedad.
Civismo y sensibilidad
Chocando con la carencia de psicofármacos y las restricciones para su entrada al país, por considerarse «drogas», el panorama continúa crítico en cuanto a la salud mental en Cuba. Entonces, ¿qué nos toca como sociedad, además de denunciar las situaciones difíciles e imposibilidades recurrentes, ante el adverso panorama que tenemos?
Ciertamente, hay que presionar al Estado, máximo responsable del sistema de Salud en Cuba, que ha sido presentado por décadas como un modelo ante el mundo, para que invierta más en el sector en lugar recortar esos gastos en pro del turismo e inmobiliarias. Pero también es necesario alentar iniciativas no gubernamentales a lo largo de la Isla para crear centros de atención al paciente con trastornos psicosociales ¿Por qué no? ¿Acaso existe otro paliativo de momento para aliviar los numerosos padecimientos psiquiátricos crónicos de nuestra población?
Dejo abierta la interrogación. Esfuerzos individuales y de pequeños grupos de cubanos, de dentro y fuera de la Isla, y de instancias religiosas, han demostrado que se puede. La sociedad civil debe tomar cuenta del drama humano que es el abandono de los pacientes. Ejemplo de ello son los casos de #SOSAmanda y #SOSDamir. Juntos podemos lograr más, a corto y a mediano plazo, para aliviar a tan delicado, estigmatizado y marginado sector poblacional.
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Imagen principal: Sasha Durán / CXC.