
¿Los cubanos estamos utilizando nuestras experiencias para forjar un futuro mejor o seguimos atrapados en la frustración del pasado?
Si queremos salir del eterno lamento, debemos adoptar una visión pragmática. No basta con analizar el problema; debemos explorar experiencias concretas de cómo escapar del conflicto. ¿Podemos transformar el desencuentro en colaboración?