
Harold Cárdenas y las muchas máscaras del poder
No es posible reformar estructuras políticas cuyo fin único, desde el inicio hasta hoy, ha sido gobernar mediante la autocracia de un grupo de poder que fagocitó la soberanía popular en provecho de una élite que usufructúa la propiedad social a su favor.

El derecho a elegir
Es hora de que las personas que vivimos, sufrimos y anhelamos sobre esta Isla dejemos de ser masa impulsada por determinaciones externas y partidarias; debemos empezar a conducirnos como actores conscientes y activos en la proyección y realización de nuestro destino.

Cuba: el camino hacia el cambio y sus emboscadas
El conflicto real en Cuba, nuestro drama nacional, la verdadera disyuntiva, no es entre izquierda o derecha, sino entre dictadura o democracia. Terminó el siglo del Partido Comunista. Debe iniciar el siglo de la ciudadanía cubana.

Cuba: estalinismo y partido único
El dogma estalinista del partido único, y la extirpación de cualesquiera tendencias dentro del mismo, es incompatible con la diversidad de pensamiento e ideas políticas existentes en cualquier sociedad.

Partido martiano y partido único
Esta época, en que los poderosos pretenden imponer sus opiniones y silenciar todo argumento inconveniente a sus propósitos, debemos tener presente el ideario y el ejemplo del Maestro: «El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es en mí fanatismo: si muero, o me matan, será por eso».

El partido de la lógica bloqueada
El Partido creó a un líder autómata, sin preparación para debatir ni explicar, que culpa al bloqueo por cuanto problema existe y que es capaz de encerrar a todo el que se oponga, como en épocas anteriores, porque es lo que ha visto hacer.

Candil de la calle
El presidente cubano fue nada más y nada menos que hacia las Naciones Unidas, para presentar a los participantes en la Asamblea General un discurso diametralmente opuesto a la realidad que él mismo promueve en su país.